"Mas los bravos que unidos juraron, su feliz libertad sostener; a esos tigres sedientos de sangre, fuertes pechos sabrán oponer"

miércoles, 23 de marzo de 2011

Carta de un perseguido.

Me siento como un Locke, bajo la tibia luz de una vela escribiendo con tinta de pena su Carta sobre la Tolerancia. Me siento como un Alberdi en el exilio, con el corazón contrito y desgarrado. Me siento como un Belgrano enfermo en lecho antes de morir, suspirándo “¡Ay, Patria mía!”
Así son los sentimientos, la ilustración que siente un perseguido. Una persona que escribe, porque no tiene otro remedio, otro deshago y quizás otro manifestación por el atropello que se está cometiendo.
Como los cristianos sucumbían bajo el pulgar de Nerón, así son silenciados varios hombres que cometieron el supuesto crimen de abrazar una carrera distinta.  
No pretendo ser la voz que grita en el desierto, como lo fue Juan el Bautista, solo escribo porque es el unico medio que tiene un individuo común de ser oído. Mi pulso no puede dejar de tambalear, y lejos de abordar un escrito rico y de buena prosa, trazo como un grito, breve y fuerte, mi opinión al respecto.
Proximo a cumplirse un nuevo aniversario del trágico suceso que acribilló al país, deseo acercar en unas pocas palabras una opinión que con la certeza de no ser escuchada, siente la esperanza de ser leída por algún curioso, o algún aburrido.
Considero, en mi deber de patriota que las reflexiones son evidentes en lo concerniente al denominado proceso de reorganización nacional.
No se puede defender, ni justificar semejante crimen. Menos aún, cuando se sabe que detrás de ese proceso se halla un juego de tiránicos intereses que tendieron a someter al país bajo las cadenas que engrillan los Estado Unidos de Norte America. Pero hay que saber diferencias algunos aspectos, y ser agudos con otros.
Ocurría en el país una crisis compleja y apenante. Se sentía un vacío de poder, una ausencia de autoridad presidencial que rija con firmeza el destino del país. Abrumaban a las clases sociales de menores recursos la penuria económica producto del robo amparado por la justicia, y deterioro de la industria de propia bandera, acompañdo ello del inicio de un plan económico que subordinará al país al apetito capitalista de las empresas extranjeras.
A ello, empezaban a gestarse varios grupos armados movilizados por la violencia y el odio de la doctrina marxista. Que buscaban a traves de la armas, deponer o generar inestabilidad para conseguir sus fines, cual de ellos era la conquista del poder y la implantación de un régimen comunista.
Esta era la realidad del país antes de acometerse el golpe del 24 de marzo.
Situación que exigía una inmediata solución, había que tomar al timón antes que el buque se incruste en los escollos.
Las Fuerzas Armadas, han sido con los grandes terratenientes y la cúpula de la Iglesia católica, las tres patas que sostienen la mesa política argentina. Eran factores de importante decición e influencia en la vida socio-política del país, y por consiguiente, como pretexto de iniciar un proceso para la reorganización de la Republica, se ejecuta efectivamente el golpe civico militar del 24 de marzo de 1976. Golpe que produjo alegría en muchas personas que hoy, no reconocen decir “Yo lo aplaudí”, "Yo vive a la Junta después del mundial del '78" o “yo estuve en la plaza en abril de 1982”. Típica cobardía mediocre del triste argentino.
No obstante, detrás de esa busqueda de llenar con la autoridad militar el vació de poder, había un enorme telón que cubría el denominado proceso. Estados Unidos necesitaba gobiernos militares que combatieran los grupos de guerrilla en América y amén de ello, sean los conejillos de experimento del nuevo sistema económico llamado neo-liberal.
No son pocos los pensadores que sostienen en varios de sus escritos la legitimidad de deponer a la autoridad. A ello exponen una serie de sucesos o circunstancias que amerite semejante acto. Siempre un golpe trae nefastas consecuencias como incertidumbre, inestabilidad, levantamientos civiles, desconteto, entre tantas más. Y esto se resuelve con la aplicación de la ley marcial, o por medio de la represión. Seamos realistas.
Se rasgará las vestiduras el iluso, el estolido individuo que cree en un romanticismo absoluto y que hoy dicese llamar defensor de los derechos humanos, cuando no es capaz ni de pensar por si mismo.
El hombre mediocre, que Ingenieros describe a la perfección. Piensa con la cabeza de los demás, no con la suya porque vive pendiente de la opinión ajena.
Había que combatir dos tipos de enemigos. Primero: la crisis institucional que conllevava a la ruina del país. Segundo: el desarme y aniquilación de los grupós subversivos.
La historia nos demuestra en sus páginas que siempre que haya ocurrido una situación de descontrol e inestabilidad política se ha recurrido a las Fuerzas Armadas como solución. La razón reposa en que la discplina de la milicia, y mayor aún la capacidad de fuego que tienen – es evidente ya que a estas instituciones se les confía la defensa de un país- son probables remedios que hagan efectivo el reparo al desequilibrio producto de la crisis.
Nadie se abalanzará luego de que un fusil haya sonado, o al menos se lo pensará dos veces.
Ahora bien ¿es lícito deponer a un gobierno que por ineficaz y tambaleante perjudica al país, si a ello se dan las condiciones que citamos arriba?
Es sencillo recurrir a la teoría cual contestaría que si. Empero, la realidad quita el velo ante tal utopismo. Nunca hay que olvidarse, ni confiar, en el hombre. Este se corrompe y ya las cosas dejan de ser como deben ser. He aquí la sencilla razón de porque hasta hoy en día se sigue pensando, analizando y escribiendo sobre filsosfía política y social. Como si Rousseau, Grocio, Maquiavelo, y Aristóteles hubiesen dejado inconclusas sus obras. Porque el hombre todo lo echa a perder.
Ya hemos dicho que si recurrimos a la teoría, es decir lo que debe ser, sería positivo la destitución de un gobierno que no solo no logra cumplir su objetivo cual es el progreso y desarrollo de sus gobernados, si no que genera más nefastas consecuencias que su sola incompetencia.
Sin embargo, la realidad obliga a sujetar la lengua y pensar, antes que ésta diga una insensatez. Hay que pensar las cosas como deben ser, de acuerdo a como son.
La propia miseria del hombre, su debilidad e inclinación ante el poder y la dominación que otorgan el más alto cargo dentro de un Estado, establece un serio análisis de factores y circunstancias sobre si realmente es lícito hacer efectivo un golpe de estado, que consecuencias inmediatas acarrea, y quienes son sus ejecutores.
El sencillo echo de retrotraerse al proceso de reorganización nacional, otrora a los demás golpes gestados por militares ocurridos por el país, y la ineptitud de estos; trae ya las evidentes consecuencias negativas de interrumpir una democracia vacilante y enferma. Pero esa democracia ¿sigue siendo mejor aún que un gobierno de carácter totalitario que tiene el poder de utilizar sus medios de fuego sin la queja de nadie? ¿es mejor una democracia que deriva en cierta anarquía donde rija la ley de lo salvaje o la selva, o es prferible un gobierno de autoridad que lleve al orden aún a costa del sonar del fusil?
Serían infinitas las preguntas de pro y contras que podemos mencionar, analizar y cuestionar. No se terminaría nunca de escribir este sencillo escrito cual mencioné que iba a ser breve.
Tampoco es el objeto de este minusculo ensayo tratar la legitimidad de los golpes de estados, ni si son buenos o no.
Podríamos recurrir a la frase de Monteagudo “prefiero una pésima libertad, a la mejor de las esclavitudes” o lo que encarnó Robespierre so pretexto de esa libertad.
Es un tema muy minucioso y delicado, como lo es para el médico operar a un paciente. Corre el riesgo de que un error le ocasione la muerte. Algo similar suecede en un Estado.
Habitualmente, y luego de haber finalizado el proceso militar, se menciona mucho las palabras de Derechos Humanos. ¿que son estos derechos? ¿que amparan? ¿que abusos se hace de ellos?
Seamos breves. Por Derechos Humanos se entiende el conjunto de derechos que ya tiene una persona por el simple echo de nacer y evidentememnte ser persona. Son inviolables, legítimos y absolutos.
Estos derechos comprenden ante todo el respeto a la vida, el desarrollo íntegro de una persona con todo lo que esto lleva (vivienda digna, alimentación, educación, seguridad, etc)
Surjen como consencuencia de la Revolución de 1789. Y adquieren mayor impetu posteriormente de la llegada de los Aliados a los campos de Auswicthz al contemplar tal espectáculo de ominosidad.
Sin embargo, en mi país se hace uso y abuso de estos derechos y hay, como lo hubo en el proceso militar, hay un montón de maquillaje que cubre lo que realmente es.
Comunmente suele orise en los medios la enorme titulada de “Derechos Humano” y que el presente gobierno consolida y dignifica semejantes derechos. A esto contesto. Que ningún gobierno es defensor acérrimo de estos derechos si en el país que rije hay la mitad de pobres, otro tanto de indigentes, y la educación es mera retórica. Ningún gobernante es propulsor de estos derechos cuando hay gente que no tiene para alimentarse ni subsisitr, valla paradoja, el primer derecho.
Ya habrá tiempo para exponer con mayor ilustración y claridad esto vengo tratado. Simplemente dejo acentada mi opinión de que llenarles el bolsillos a las Madres de Plaza de Mayo y cía, no es defender los justos derechos. Hay que mirar unas cuadras de la Casa Rosada, y basta ver la delicuencia, el sometimiento de los más vulnerables y queda todo aclarado. Alcanza con analizar la realidad del país, y ya habré escrito al respecto.
Ningún país defiende estos derechos, cuando su crecimiento es solo para quienes gobiernan. Hay una enorme mentira y calamidad que los insulsos demagogas aplauden y profesan creer.
Ocurre en mi país cierta tendencia o moda actual sobre la juventud de ideas que conllevaron a los diversos grupos de subversión a armarse y enfrentarse a las Juntas militares. Pero esta gente, alocada y sin ningún tipo de argumentos creen encarnar en su pensar con los tendones fríos y duros de una mano cerrada la lucha de quienes dicen sus antecesores. Otro crimen producto de la ignorancia, y la ausencia de materia gris en el cráneo. Sostienen luchar por la democracia cuando encierran en su ferviente violencia la conducta propia de un bribón y un totalitario...viven como expone Ingenieros. en un total hipocrecía que engañan y los auto engañan. No permiten que se piense diferente, pero eso si..ellos son los héroes de la democracia.
Mi corazón no puede dejar de acongojarse por una situación inentendible que sujeta a las Fuerzas Armadas en los tiempos presentes. Ninguna voz se ha oído del tema, y las pocas que han intentado dar con semejante cometido fueron silenciadas, y quedaron sin voz como Simeón antes de ver a Jesus.
Hay un cruel atropello que afecta a quienes corresponde defender la integridad y la paz de la Republica. Una especie de plan sistemático que tiende a denigrar a quienes hoy deciden abrazar la carrera de armas otrora de los crímenes que ejecutaron generaciones pasadas de militares.
¿que similitud se guarda con aquello? Es absolutamente inchoerente. Como si ser militar fuese una raza que merece condena. ¿No hay acaso recentimiento? ¿O que tipo de pasiones conllevan a desarmar a un país como si sus defensores fuesen sus verdugos?
Hay que condenar con la leyes propias de la justicia a los traidores que efectivizaron el golpe del 24 de Marzo; sin tampoco hacer expeciones de quienes encabezan las jerarquías de los surtidos grupos guerrilleros. Ambos mataron, ambos causaron nefastas consecuencias, ambos pisotearon a su patria creyendo descarádamente que se la redimía. Sin embargo, la justicia queda nuevamente como una palabra conceptual más en un manual de derecho y se hace antónimo de lo que es, la injusticia. Se juzgó unicamente a quienes ostentaban cargos en el gobierno militar, la otra parte en libertad.
Como el puñal de un sicario se hunde lentamente en la gargata de su víctima, así es también como el recorte presupuestario que sufren las Fuerzas Armadas lleva a una situación de desarme y de penuria de no tener con que mantener el armamento vigente.
Hay aparatos aéreos cargados de estupefacientes que se introducen al país libremente porque los aviones de la Fuerza Aérea solo figuran en imágenes de postal, y aquella estirpe halada que volaron heroicamente en los cielos australes hoy se contenta con recordar la magnitud de sus héroes sobre el estrecho San Carlos.
Sucede algo similar en la Marina de Guerra. Atrás quedaron los tiempos de Brown y de Bouchard. O de Storni y Elazar Videla. Los mares argentinos son invadidos por fortalezas flotantes de bandera oriental que arrasan despiadadamente los frutos marinos con la complicidad propia de negar a la Armada el presupuesto indispensable para patrullar el basto litoral marítimo.
En Ejército la crisis ocasiona el ocio en los hombres que engrosan sus filas. No hay dinero para salir a operar en campañas, ni adiestrarse con recursos que generen cierto profesionalismo y destreza.
Si hipotéticamente el país es atacado en sus justos intereses por algún apetito extranjero ¿habrá que hacer como en tiempos de la Revolución de improvisar ejércitos y reemplazar el fusil por una “chuza”? ¿O habrá que contentarse como en Malvinas con decir “combatimos heroicamente”? ¿O se espere la venida de San Martín, de un Guemes o Arenales que logren hacer lo que muchos no realizaron antes? Ignoro todo esto.
Se sabe que un país tiene voz autorizada y voto en un organismo internacional si dicho país posee solidas instituciones, poder económico y poder militar. No nos engañemos, esta es la realidad para poder reclamar o aportar la opinión propia hacia el conjunto de las demás naciones. Es debido a nuestra pésima estabilidad institucional conducida por ineptos y demagogos, y una economía que no logra levantar los escombros de lo que fue una ruina, amén de nuestra incapacidad militar que el Reino Unido se mofa de Argentina al querer debatir la cuestión Malvinas.
Añado humildemente que es entendible que las necesidades presentes del país exigan mayor inversión en diversos sectores ajenos a la defensa nacional.
Cuando hay hambre, deplorable educación y trabajo escaso no es propio de un buen gobernante dar un fusil a un soldado, cuando una familia necesita un pan en su mesa. Yo prefiero lo último.
Empero, la política da los medios para dar más a lo que más se necesite desarrollar, pero dar – quizás menos, para dar al fin- a aquello que las necesidades no requieran tanto enfasis.
Se puede hacer progresar a las clases menos puedientes con todo lo que ello acarrea en materia de salud, desarrollo social, seguridad, etc y es factible además custodiar y dar a las Fuerzas Armadas los medios suficientes para cumplir su misión. Cual es velar por la integridad del país. Por ello se dice que el militar no duerme, más bien descansa. Porque su corazón y su brazo están en alerta ante cualquier imprevisto que exija un pronto accionar.
Hay que abandonar viejos rencores, y no mirar más con los ojos frunsidos el pasado. Se olvida acaso que fueron las Fuerzas Armadas las que hicieron efectivo el sueño de Mayo un 9 de Julio de 1816 cuando se logró casi definitivamente derrotar a los realistas. Se olvida además la estirpe heróica de Belgrano, Brown, San Martín, Guemes, Bouchard, Espora, Paz, Bermudez, Estevez, de la Colina y Giachino. Todos ellos, hombre de armas.
Si me preguntan por Videla o Massera, yo respondo que soy un fiel hijo y heredero de la sangre magna de los ilustres hombres que cité arriba.
Aquí mi pluma abandona el papel, ya sin tinta, pero pendiente por expresar más. Sitiendo que no expuse todo lo que desearía, y con la firme convicción de que esto que humildemente brindo al público solo anhela contribuir a la reflección y a la completa memoria, entendiendo que no conseguiré nada de lo propuesto, como no lo alcanzaron muchos pensadores de buena voluntad.
Hay instalado en la sociedad una aguda ceguera y un terrible alsehimer que es propicio curar en pos de la contrucción de justas y sanas ideas cimentadas en el bien común y los valores inoxidables de la Patria. Y ese remedio, lo posee cada individuo. Solo basta con no dejarse llevar por pasiones alocadas o pensar con los tendones de una mano cerrada.
Guardia del Sur.
23 de Marzo del año 2011; Ciudad de Mar del Plata, Buenos Aires.